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Romanos 6 - Nueva Biblia Española (1975)

1 ¿Qué sacamos de esto? ¡Persistamos en el pecado para que cunda la gracia! ¡De ningún modo!

2 Nosotros que hemos muerto al pecado, ¿cómo vamos a vivir todavía sujetos a él?

3 ¿Han olvidado que a todos nosotros, al bautizarnos vinculándonos al Mesías Jesús', nos bautizaron vinculándonos a su muerte?

4 Luego aquella inmersión que nos vinculaba a su muerte nos sepultó con él, para que, así como el Mesías fue resucitado de la muerte por el poder del Padre, también nosotros empezáramos una vida nueva.

5 Además, si por esa acción simbólica hemos quedado incorporados a su muerte, ciertamente también lo estaremos a su resurrección.

6 Tengan esto presente: el hombre que éramos antes fue crucificado con él, para que se destruyera el individuo pecador y así no seamos más esclavos del pecado;

7 porque, cuando uno muere, el pecado pierde todo derecho sobre él.

8 Ahora bien, por haber muerto con el Mesías, creemos que también viviremos con él,

9 y sabemos que el Mesías resucitado de la muerte no muere ya más, que la muerte no tiene dominio sobre él.

10 Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; en cambio, su vivir es un vivir para Dios.

11 Pues lo mismo: ustedes ténganse por muertos al pecado y vivos para Dios, mediante el Mesías Jesús.

12 Por consiguiente, no reine más el pecado en su ser mortal, obedeciendo ustedes a sus deseos,

13 ni tengan más su cuerpo a disposición suya como instrumento para la injusticia; no, pónganse a disposición de Dios, como muertos que han vuelto a la vida, y sea su cuerpo instrumento para la honradez al servicio de Dios.

14 EL pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están en régimen de Ley, sino en régimen de gracia.

15 Entonces, ¿qué? ¡A pecar, que no estamos en régimen de Ley, sino en régimen de gracia! ¡Ni mucho menos!

16 Saben muy bien que estar a disposición de alguien obedeciéndole como esclavos es ser de hecho esclavos de ése a quien obedecen: si es el pecado, para acabar en la muerte; si es la obediencia a Dios, para la vida honrada.

17 Pero, gracias a Dios, aunque eran esclavos del pecado, obedecieron de corazón a la doctrina básica a la que los entregaron

18 y, emancipados del pecado, han entrado al servicio de la honradez

19 (hablo en términos humanos, por lo flojos que están). Me explico: igual que antes cedieron su cuerpo como esclavo a la inmoralidad y al desorden, para el desorden total, cédanlo ahora a la honradez, para su consagración.

20 Es un hecho que, cuando eran esclavos del pecado, la honradez no los gobernaba.

21 Y ¿qué salían ganando entonces de aquello, que ahora reconocen funesto? Porque eso lleva a la muerte.

22 Ahora, en cambio, emancipados del pecado y entrados al servicio de Dios, se van ganando una consagración que lleva a vida eterna.

23 Porque el pecado paga con muerte, mientras Dios regala vida eterna por medio del Mesías Jesús, Señor nuestro.

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Biblia - Luis Alonso Schökel y Juan Mateos

Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.

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