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Isaías 26 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Aquel día se cantará esta canción en la tierra de Judá: 'Ciudad fuerte la nuestra; para salvarla le han puesto murallas y antemuros.

2 Abrid las puertas, para que entre la nación justa que se ha mantenido leal.

3 Con propósito firme aseguras la paz, pues en ti se confía.

4 Confiad en Yahveh por siempre jamás, pues en Yah -en Yahveh- está la roca eterna,

5 que abatió a los moradores de la altura, a la ciudad inaccesible; la humillará, la abajará hasta la tierra, la nivelará hasta el polvo.

6 La pisarán los pies, los pies de los humildes, los pasos de los pobres.

7 La vereda del justo es rectitud, la senda recta del justo tú la allanas.

8 Sí, en la vereda de tus juicios te esperamos, Yahveh; tu nombre y tu recuerdo son el anhelo del alma.

9 Con mi alma te ansío de noche, con mi espíritu te busco en mi pecho; porque cuando lucen tus juicios en la tierra, aprenden justicia los habitantes del orbe.

10 Aunque se trate con clemencia al impío, no aprende la justicia; en país de rectitud obra el mal, no ve la majestad de Yahveh.

11 Yahveh, tu mano está alzada, pero ellos no la ven. ¡Vean, avergonzados, tu celo por el pueblo; el fuego devore a tus enemigos!

12 Yahveh, tú nos darás la paz, porque todas nuestras obras tú las haces.

13 Yahveh, Dios nuestro, otros señores distintos de ti nos dominaron; pero sólo recordamos tu nombre.

14 Los muertos no reviven, las sombras no se levantan; tú los castigaste y los aniquilaste, borraste todo su recuerdo.

15 Acrecentaste la nación, Yahveh; acrecentaste la nación, te glorificaste, ensanchaste todos los confines del país.

16 Yahveh, en la angustia te buscamos, murmuramos oraciones cuando tu castigo estaba sobre nosotros.

17 Como mujer encinta que va a dar a luz, que se retuerce, grita en sus dolores, así fuimos nosotros delante de ti, Yahveh.

18 Concebimos, nos retorcimos, ¡como si diéramos a luz viento! No trajimos salvación al país, no le nacieron habitantes al orbe.

19 Revivirán tus muertos, tus cadáveres se levantarán, se despertarán, exultarán los moradores del polvo; pues rocío de luces es tu rocío, y la tierra echará de su seno las sombras'.

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra tus puertas tras de ti; escóndete apenas un momento, hasta que pase el enojo.

21 Pues mirad que Yahveh sale de su morada para castigar la culpa de los habitantes de la tierra. Descubrirá la tierra la mucha sangre derramada y no encubrirá más a los asesinados.

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Biblia Version de Serafin Ausejo

Copyright © Serafín de Ausejo 1975.

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