Poner tu Confianza en Dios puede darte el valor necesario para enfrentar los desafíos más complicados que pudieran presentarse en tu vida. A lo largo de la vida hemos tenido que enfrentar una gran cantidad de desafíos y adversidades. Algunos de estos desafíos han sido relativamente fáciles y otros han sido difíciles y complicados. Mucha gente no se atreve a confiar en Dios, pues sienten que no han llevado una vida ordenada. “El pecado nos separa del Amor de Dios” pero si lo vemos al revés resulta mucho mejor: “El Amor a Dios nos aleja del pecado”. Así pues confía y acércate a Él. Puede que pensemos que una vez tomada la decisión de seguir a Jesús, ya está todo resuelto. Y sí, hasta cierto punto, así es. Ya está resuelto lo más importante: nuestro destino eterno. ¡Sabemos que pasaremos la eternidad con Jesús! Pero mientras tanto, seguimos aquí en la Tierra y la vida aquí está llena de retos. Cuando pasamos tiempo con Dios y hablamos con él cada día, recibimos descanso y paz en nuestra alma. Acércate a él y llévale tus cargas. La confianza en Dios no nos libra de los momentos inciertos ni difíciles de la vida. Sin embargo, sí nos ayuda a enfrentarlos con entereza y fe. Quien confía en Dios sabe que él no lo abandona ni permite situaciones que vayan más allá de lo que pueda soportar. Confía en Dios y ten paz. Aquí encontraras muchos versículos que aumentaran esa confianza en Dios.
Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira, porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes.
No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca.
Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.
También de allí saldrás con tus manos sobre tu cabeza, porque Jehová desechó a aquellos en quienes tú confiabas, y no prosperarás por ellos.
Y Gaal hijo de Ebed vino con sus hermanos y se pasaron a Siquem, y los de Siquem pusieron en él su confianza.
Mucha franqueza tengo con vosotros; mucho me glorío con respecto de vosotros; lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.
Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado.
Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!
He aquí que confías en este báculo de caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoyare, se le entrará por la mano, y la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían.