La sexualidad es uno de los temas que al hablarlo sentimos mucho tabú, rodeado de silencio y negación. Como cristianos debemos preguntarnos: ‘¿Cuál es el plan de Dios para la sexualidad humana?’ La Biblia no permanece callada en cuanto al tema del sexo, más bien resalta algunos aspectos importantes sobre el tema. Hebreos 13:4 Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios. El matrimonio es una institución honorable y cómo todos debemos darle el honor como corresponde. Huid de la fornicación. Abomina, detesta y escapa de toda inmundicia. Tener actividad sexual fuera del matrimonio es lo que aborrece Dios. Aunque las actitudes hacia el sexo varían ampliamente, necesitamos entender que Dios está en el negocio de hacer las cosas bellas y no tenemos que avergonzarnos de nada de lo que Dios hizo. Siendo que Dios creó el sexo, lo único que es legítimo en cuanto a satisfacción del apetito sexual está enmarcado dentro de un compromiso de pacto; el sello de un compromiso de pacto se encuentra en el matrimonio y esto pertenece a la lógica de Dios. El principio divino demuestra que Dios creó el sexo para el matrimonio, no fuera del matrimonio. Nunca una pareja fiel va a tener problemas de enfermedad venéreas por tener mucho sexo entre ellos. Sin embargo, si uno de los dos sale del pacto y tiene sexo fuera del matrimonio, correrá el riesgo de enfermedades, otras consecuencias por motivo de ese pecado.
Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud,
Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre.
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.
Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace.
En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer;
pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.